Vecinos del barrio San Cayetano: “Que larguen al otro día a los delincuentes es una burla”
Tras los robos que derivaron en el cierre de la despensa “Don Paulino” expresaron su disconformidad con el accionar de la Justicia. A raíz de esto presentaron una nota al ministerio de Seguridad.
Desde hace 60 años la despensa barrial “Don Paulino” ubicado en el barrio San Cayetano ha sido un lugar de referencia para los vecinos, pero dejó de serlo porque su dueña decidió cerrar definitivamente luego del último robo que le vaciaron el local por completo.
En este marco, los vecinos de la zona hoy al mediodía se reunieron en la puerta del mercadito para expresar su impotencia porque el delincuente que robó en la despensa fue liberado y al día siguiente volvió para vaciarlo.
“Hoy nos vemos en la obligación de tener que bajar las persianas porque como robaron en mi negocio también lo hacen en las casas. Hay vecinos que hace varias noches no duermen por el miedo porque andan en los techos. A ellos no nos amedrenta nada, no le tienen miedo a nada”, dijo la dueña Perla de Páscuale.
En declaraciones que formuló a El Chorrillero recordó que “el lunes la Policía andaba recorriendo, vieron la puerta abierta y lo encontraron adentro al delincuente. A pesar de que hicieron todos los procedimientos cuando me presenté al otro día a realizar la denuncia me comunicaron que este ladrón lo liberaron por orden del juzgado. Pero resultó que al otro día este sujeto vino y se llevó todo”.
Dijo que los malvivientes realizan un “trabajo de hormiga” porque durante el día pasan pidiendo comida y detectan a quien le puede robar.
“Que los larguen al otro día, lo siento como una burla porque si lo encuentran acá adentro de una propiedad privada como puede estar libre a las pocas horas”, cuestionó.
Tuvo en cuenta que la Policía está sobrepasada de trabajo: “Tienen los móviles y el personal, pero no dan abasto. Los efectivos de noche agarran a cinco o seis personas, pero a la tarde los tienen que soltar por las órdenes que reciben. Entonces ellos trabajan, pero después no pueden hacer nada”.
“Nos han robado la paz, la tranquilidad, un lugar emblemático como es este negocio donde hemos comprado toda la vida y también es una fuente de trabajo de la familia”, contó Sonia, una vecina del barrio.
Y agregó: “Entre todos los vecinos presentamos una nota al ministerio de Seguridad para ver de qué manera pueden arreglar entre la Justicia, el Gobierno y los legisladores se ocupen porque ya estamos sobrepasados”.
Consideró que “la Policía tiene las manos atadas porque ellos vienen hace todo lo que deben hacer, pero tardamos más nosotros haciendo la denuncia que los delincuentes adentro”.